Especialista en Nutrición
La vi cuando caminaba hacia mi y sus pasos firmes seguían un ritmo musical, que en silencio armonizaba con los latidos de mi corazón maravillado por verla; supe al instante que era una especialista; porque sus manos se movían con la gracia que requiere el conocimiento profundo y la humilde habilidad que exige el grado sumo en un arte. Con aquellas manos, y el transcurso del tiempo, ella supo acariciar mi corazón y darle el masaje necesario para que su latir no se detuviera y al contrario bombeara con fuerza la sabia vital que alimenta cada pequeño espacio de mi piel, que se sonroja por su presencia y se estremece con su tacto. Aquella chica es especialista, en su voz lo pude notar cuando las palabras justas llegaron a tiempo para apaciguar mi furia o espantar los miedos que, en ocasiones se cernieron sobre nosotros; y es que el tener sus manos dulces y tersas no fue nunca excusa para pararse ante esos monstruos y blandir el fuego protector que une y fortalece. Su juicio, rápido y ce
