Coincidencia.

Coincidencia.

La casualidad adquiere otro sentido cuando 2 pequeñas variables en un vasto mundo se conjugan para crear una historia que trasciende las barreras físicas; que transgrede el tiempo y acorta la distancia; la casualidad se transforma en destino cuando siendo completamente ínfimos a escala del universo, nos podemos encontrar para dedicarnos cada razón, cada pensamiento, cada fantasía y anhelo, y en suspiros morir y volver a vivir cuando la vista se cruza rápida y se da cuenta que su imagen se refleja en el interior del otro.

El azar se convertiria en destino en ese momento, en el que un día preciso, en el momento justo, ni aun marcado por el mal tiempo, el destino quisiese despejar el cielo a último momento para permitir que ellos se maravillasen con su cercanía; la luz de las estrellas quedaría oculta por el fulgor de su mirada que ilumine mágicamente sus rostros en resplandecientes brillos de alegría y sutil complicidad, el aroma de la naturaleza podría sentirse humillado ante la fragancia dulce que embelese sus almas y palidecer ante el rubor de sus mejillas tersas, vivas y ansiosas, la sensación de su tacto sería apenas comparable con la suavidad de sus voces y la cadencia rítmica de su conversacion.

La coincidencia de encontrarse allí, de pie, aplomados sobre el mundo físico como mortales cuerpos, ocultando la divina esencia que esos cascarones encierran, el resplandor constante de sus deseos y sueños que los enaltecen regiamente, que hablan de fuerza, bondad, y temperamentos en constante pugna, que, constante y en evidente enamoramiento  enmudecen con su recíproca belleza;  sentir sus corazones con ahínco retumbando como tambores al ritmo de sus respiraciones que se agitan suavemente bajo la promesa de un porvenir espléndido; cuando sus manos toman valor y sus pensamientos les ordenen extenderse sobre la mesa, esperando que el azar las una, como si se tratase del designio de una fuerza mas allá de lo entendible, quizá como dos marionetas interpretando una obra romántica, en la que el amor no muere, sólo se transforma y siempre es perfecto, acogedor y sublime.

Aquellas 2 variables que al encontrarse generan reacciones a su paso, que hasta el cielo se despeja y la lluvia se detiene, haciendo el tiempo trascurrir de manera diferente, cuando se alarga la espera por su compañía; y se acortan las horas y los días que disfrutan juntos; qué tan importantes deberían ser esas 2 variables cuando al concurrir juntas equilibran la ecuación de sus vidas, para enterarse, absortas, que la una es imposible sin la otra, que cada evento anterior era solo un paso ineludible para llegar de manera definitiva a ese momento en que sus labios se acaricien y explote un mundo en su interior, repleto de nuevas sensaciones y sentimientos, que, con el tiempo, se harán mas fuertes, que hablarán de destino y de futuro.

Esa fuerza mística, irrefutable, siempre presente que los pone en ese lugar, que les adorne los labios con las palabras adecuadas, y les ayude a elegir la apariencia perfecta para que toda esa maquinaria funcione como un gran reloj; esa misma fuerza que los mantendrá unidos recordándoles que son fruto del azar, de una suerte mas allá de lo normal que les hizo coincidir en el mismo lugar a la misma hora, para que decidieran amarse.

Cristo...

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