Cercanía

Cercanía.

Hoy, cuando el ocaso se desfigure, y las sobras de la noche se confundan con las tenues siluetas que forman las estrellas y la luna; en su presencia, acompañado, dichoso de esa figura femenina que, en frente, se levanta poderosa y firme, con su contorno perfecto que habla de belleza y delicadeza.

Ahora, disfrutando de la inverosímil maravilla que representa la luz de sus ojos, que adorna con calidez y brillo el amor que inspira su sonrisa, esa sonrisa perfecta que deja entrever el cariño creciente que se instala en su interior, que comienza a mutar y hablarle, de confianza, compañía y futuro a la razón.

Con las manos cálidas y deseosas de posarse tiernamente en cada milímetro de su hermosa y tersa piel, como antesala de besos infinitos cargados de pasión y deseo; cuando la mente inquieta reclama por la intrigante atención que recibe de su mirada auténtica y el jugueteo de sus dedos por cada ápice de la piel, creando infinidad de sensaciones y memorias que despiertan fantasías mas allá de lo imaginable, en un mundo donde el tiempo se reduce al instante que toma un parpadeo, pero su sensación se extiende por todo el largo de la vida humana. allá donde surgen las ideas y los poderosos pensamientos que les atraen y les hacen estar justo ahí, en el instante justo, pendientes el uno del otro, con la imaginación trabajando horas extras para crear los mundos que visitaran tomados de la mano en un viaje placentero y envidiable.

Ahí, en ese momento, cuando se sabe con certeza que las palabras ya no son suficientes; en el momento en que los besos y las caricias comienzan a quedarse cortos y las miradas cariñosas no alcanzan a expresar lo que el cuerpo y la mente, en un solo conjunto sienten a través de sí; se erigen ideales que se transforman en expresiones mas allá de cualquier lenguaje hablado o escrito, que solo pueden ser comunicados mediante la cercanía de los cuerpos que se entrelazan orgullosos de haberse encontrado, añorando que sus almas, en esa corta pero excelsa danza que se desarrolla al ritmo de sincronizados pulsos, puedan hallar sosiego a sus eternas dudas y así informarle al corazón y a la razón que no hay nada que temer.

Ahí, cuando la cercanía de las mentes, los corazones y las almas hablan en su dialecto sobre la confianza y el fin del miedo, cuando por medio de los ojos ajenos se puede ver el color del espíritu y se pueda hablar de la certeza y la seguridad de la compañía elegida, surgirá el sentimiento mas puro y fuerte, que une las esencias humanas a través de cualquier distancia, tiempo o inclusive la insalvable lejanía de la muerte; aquel que nace puro, con ganas de tocarlo todo y llenarlo de los sentimientos mas profundos.

Ese momento esperó en su mirada, cuando el brillo de sus ojos le deslumbre y le haga desviar la vista, y atentas sus preciosas manos la obliguen a volver para pronunciar la forma lingüística de esa sensación, porque ya no hay miedo, ya no hay duda, y juntas sus almas puedan viajar, durante un parpadeo a vivir la experiencia que se extiende mas allá de la vida humana.

Cristo...

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