Pensamientos.

Pensamientos.

Describir las sensaciones que se dieron en fuga de su corazón desde aquél día en que la vió por primera vez, se ha convertido en una obsesión; sentimientos que transitan libres y sin control por todo su cuerpo, sin vigilancia ni esperanza de que puedan ser sometidos, esos que quieren salir, manifestarse y saltar hacia ella como si se tratara de un estanque, una atrayente piscina en un día caluroso y seco, esperando zambullirse en las aguas dulces de su existencia que tanto los excitan, para encontrar en ella la pasividad que tanto han añorado, reposar en su interior en busca, tranquila y meticulosa, de su alma para cautivarla por siempre.

Esos sentimientos que se le agolpan entre los ojos cuando no tienen otro lugar a donde ir, esperando atentos a ser elegidos en forma de palabras; de finas frases dirigidas a la belleza y la calidez de su presencia, esas palabras que parecen haber decidido adecuarse a su femenina figura, y ser perfectos solo para ella, han decidido tomar la forma de sus sueños, fantasías y anhelos mas profundos, para parecer mas gráciles a su vista, y sin miedo entrar a través de la ventanas de su alma para aportar con ternura a la felicidad de su corazón y la serenidad de su espíritu.

La idea de traducirlos a palabras, se le ha antojado mas fácil desde que con su imagen impresa, imperecedera en los recuerdos, se le aparece en destellos brillantes de genialidad que crean mas sensaciones y la necesidad incontrolable de transmitirlos. Afortunado ha sido el, al descubrir que puede usar otro lenguaje para expresarlos, y ese peso en los ojos, se le ha trasladado a los labios cuando esta en su presencia, también las manos, sin control, se extienden hacia su rostro y su cabello para darle énfasis a las frases que los labios entregan lenta y deliciosamente a su boca que tanto le enloquece.

Los pensamientos quisieran permanecer ahí, reposando en sus labios para admirar el exquisito brillo de sus ojos, pero no pueden, porque el lenguaje tiene que fluir y su fin es siempre cautivar el alma, alcanzarle el corazón y tocarlo cálido, abrazarlo, soportarlo, darle una razón mas para latir descontroladamente y acelerarle la respiración.

La maravilla se vuelve realidad, cuando atentas, sus manos, le auscultan disimuladas el rostro y su cuerpo, pues en ella reposan un sin fin de pensamientos y sentimientos que también quieren salir y solo han descubierto el idioma de los besos y las caricias, así, hablando el mismo idioma, comunicándose a través del mismo lenguaje, pueden asegurar que esos sentimientos lleguen al corazón del otro, dándole razones para latir sincronizadamente, como si no se tratara de 2 pulsos disimiles, egoístas, sino de un solo fuerte ritmo incesante que canta alegre la felicidad de haberse encontrado.

Cristo...

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