La fortuna



He dicho en incontables ocasiones que la fortuna nos sonríe, porque la probabilidad de que las cosas ocurrieran de la forma que vienen ocurriendo es infinitesimal, lograr que tal cantidad de variables concilien para ocasionar una cadena tan perfecta de acontecimientos, requiere la mano de un ser divino que no sabemos cómo llamar. 


Se ha vuelto casi una frase de cajón darle poder al destino sobre las decisiones que tomamos cada día y que nos pusieron donde estamos ahora, decisiones que, dulces o amargas, enrevesadas o sencillas definieron el momento justo en que mis manos y mi mente se alinean para escribir esto. Ha transcurrido un tiempo ya, han ocurrido un montón de cosas que a fin de cuentas han fortalecido la idea de considerar que esta unión es la ocurrencia de una casualidad perfecta y afortunada que nos hace derramar suspiros por donde vamos y nos hace iluminar las sombras que se levantan desde nuestros pies cuando la tarde desde el horizonte acalora nuestras mejillas de rostros absortos en la belleza del otro. 


El tiempo parece transcurrir diferente a tu lado, definitivamente si contamos los días juntos parece poco, parece irrelevante, no es más del tiempo que toma hacer un curso de cocina, y sin embargo durante ese tiempo ha ocurrido una vida completa, una vida de alegría y crecimiento que estamos seguros de querer repetir y alargar todo el tiempo que Dios nos lo permita; soñar con un porvenir, un futuro, un linaje al que enseñar los valores que también nos han enamorado. 


Ya no quiero escribir sobre tu belleza, que me impresiona cada día, que me hace preguntar qué tan afortunado he sido de tomar tu mano y escuchar como de manera orgullosa me llamas tuyo, pero quiero, definitivamente quiero, escribir sobre la bondad que llena cada cosa que haces, y quiero exaltar que es la razón por la que mi temperamento brusco se calma, y mi furia injustificada se apacigua, bondad que transforma esa infantil furia en una tímida sonrisa, que a veces me hace sentir avergonzado de la forma bruta que a veces adopto; resulta amor mío que tu me llenas de calma, me basta tu voz tranquila o un tierno beso para olvidar lo que me aterra o me llena de ira; esa dulzura tuya me ha cambiado y quiero celebrar que es para bien. 


Luego de poco más de 4 meses a tu lado, celebro que podamos seguir disfrutando nuestra compañía con tanto amor y tantos sueños, pero también me arrodillo ante ti y agradezco con mi corazón en la mano que tu, Carolina Florez Olarte has transformado mi ogro ser, al menos un poco, y estoy muy orgulloso de saber que esto me hace una mejor persona. 


Te amo y te agradezco. 


Felices 4 meses amor de mi vida. 



Cristo...


Comentarios

Blogs recomendados.

Entradas populares de este blog

Breve manual de supervivencia

La despedida de un ángel.

Una nueva esperanza